Tensión creciente entre Scholz y Merz a medida que se acercan las elecciones alemanas

Tensión creciente entre Scholz y Merz a medida que se acercan las elecciones alemanas

Las elecciones en Alemania del 23 de febrero de 2025 intensifican la rivalidad entre Scholz y Merz, con propuestas políticas polarizadas y una economía en crisis.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política

A medida que se aproxima el día de las elecciones en Alemania, el 23 de febrero de 2025, las tensiones entre los dos principales candidatos, el socialdemócrata Olaf Scholz y el conservador Friedrich Merz, alcanzan un punto álgido. Scholz, que ha sido el canciller de Alemania durante un mandato lleno de desafíos, se encuentra en una posición comprometida en las encuestas, donde la mayoría sugiere una posible derrota frente a su rival Merz, que ha prometido un cambio radical en la política del país. Scholz, un político que ha cultivado una imagen de moderación y estabilidad, ha sido apodado por algunos como "la encarnación del aburrimiento en política". A sus 66 años, este antiguo abogado laborista se ha presentado ante la ciudadanía como un defensor de la clase trabajadora, prometiendo mejoras en salarios y pensiones. Sin embargo, su retórica parece no resonar en un electorado que ha comenzado a buscar alternativas más enérgicas y menos convencionales en medio de una economía en recesión. Durante su mandato, Scholz ha tenido que lidiar con la guerra en Ucrania, un conflicto que ha marcado su tiempo en el cargo y que ha llevado a un aumento en el gasto en defensa. Aunque su enfoque ha sido el de promover la prudencia y la estabilidad, su mensaje no ha logrado captar la atención como lo ha hecho el discurso más provocador de Merz. La incapacidad de Scholz para conectar con los votantes, especialmente en tiempos de crisis, ha sido objeto de crítica y ha dejado muchas dudas sobre su futuro político. Por otro lado, Merz, de 69 años, ha captado la atención del electorado con su promesa de un giro a la derecha en la política alemana. A diferencia de Scholz, Merz ha utilizado su experiencia empresarial para presentarse como un "outsider" en la política, lo que podría resultar atractivo para aquellos que buscan un cambio. Su imagen de hombre de negocios ha sido un pilar de su campaña, aunque también ha suscitado críticas por su aparente desconexión con la realidad de los ciudadanos comunes. Uno de los puntos más controvertidos de la campaña de Merz ha sido su enfoque hacia la inmigración. Sus propuestas, que incluyen el cierre de fronteras a inmigrantes indocumentados incluso si solicitan asilo, han polarizado aún más el debate en torno a este tema. Merz ha hecho hincapié en una "tolerancia cero" en materia de orden público, lo que resuena con un segmento de la población que anhela una postura más dura frente a estos problemas. A medida que las elecciones se acercan, ambos candidatos han intensificado sus ataques. Scholz ha calificado a Merz de "impulsivo" y ha puesto en duda su capacidad para mantener la estabilidad política en el país, especialmente con el ascenso de la formación ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). En este contexto, Scholz ha defendido su estilo de liderazgo, argumentando que la experiencia y la moderación son cruciales en tiempos de crisis. Sin embargo, la retórica de Merz ha encontrado eco entre un público cansado de la política centrista que ha dominado el país durante las últimas dos décadas. Su capacidad para presentarse como un líder fuerte y decidido ha sido una estrategia efectiva, aunque algunos analistas advierten que tendrá que moderar sus propuestas una vez que se enfrente a la realidad de formar un gobierno, posiblemente en coalición con los socialdemócratas. La figura de Merz se destaca no solo por su estatura física, sino también por su disposición a desafiar el estado actual y su capacidad para provocar respuestas emocionales en el electorado. Su retórica ha girado en torno a la reconstrucción del papel internacional de Alemania, apelando a un nacionalismo que muchos votantes pueden encontrar reconfortante en tiempos inciertos. Con el reloj corriendo y las encuestas desfavorables para Scholz, la próxima semana será crucial. Mientras el socialdemócrata intenta afianzar su liderazgo y presentar una visión de futuro que resuene con los electores, Merz se siente cada vez más seguro de su posición. La política alemana se encuentra en un punto de inflexión, y el resultado de estas elecciones podría repercutir significativamente en la dirección del país en los años venideros. En medio de todo esto, la población alemana observa con atención cómo se desarrollan los acontecimientos. El diálogo sobre el cambio climático y los temas sociales ha pasado a un segundo plano, dejando a los votantes con preguntas sobre qué dirección tomará Alemania y qué prioridades se establecerán una vez que se realicen los votos. La elección no solo representa una decisión sobre los líderes, sino también sobre el futuro que los alemanes desean construir juntos.

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